A veces los resultados no llegan porque el azar y la mala suerte se alían para hacer de tu trabajo un juguete roto cuando menos te lo mereces. El equipo español de gimnasia rítmica comprobó cómo en sus dos ejercicios de la final del Europeo en Rusia hubo un nexo común que impidieron brillar con la luz que se merecían. Primero, el reproductor musical que impidió que las conjunteras nacionales iniciaran la primera rotación cuando ya estaban prestas y dispuestas en el centro del tapiz y que las obligó a salir del mismo para empezar un minuto después; Segundo, porque una cinta lanzada al cielo con el corazón quedó enganchada en una de las vigas del pabellón ruso apagando todas las posibilidades de medalla que podían haber tenido en esa final de aros y cintas.
Porque todos nos quedamos con la misma sensación de extrañeza viendo el podio final de este aparato. Con las italianas en la tercera plaza con un 27.200 y las rusas en cuarto lugar con un 27.125, todos sabemos que de no haber sido por esa viga, España podría haber estado entre las tres mejores de Europa. Pero eso no es una mala noticia, ni tan siquiera es un aspecto negativo: Es solo una viga.
Y como vigas hay en todos lados y son obstáculos que nunca más volverán a aparecer, solo podemos felicitar al equipo español una vez más por una competición intachable que no debe verse empañada por nada. Lourdes Mohedano Sánchez de Mora, Loreto Acherandio, Alejandra Quereda, Lidia Redondo, Elena López y Sandra Aguilar han sufrido una progresión tremenda y en este Europeo hemos vuelto a comprobar que van por el camino correcto, que son lo que son por esfuerzo, trabajo y dedicación y que si no ha podido ser, será algún día. Su gran puntuación en el ejercicio de 5 pelotas logrando un excelente quinto puesto (27.400) y toda la ejecución del mixto pese a la séptima plaza, conforman un gran presente para un gran futuro.
Felicidades equipazo
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